Deleite para paladar y oído:
La idea subyacente tras la decoración en la escuela de restauración Ingo Holland es inconfundible: el diseño siempre variable de las luminarias suspendidas sobre las mesas y en la cocina. Para acentuar esa variedad en todo su potencial visual se buscó un techo elegante, pero discreto al mismo tiempo, que mejorase la calidad acústica del espacio. Se entendía que era importante mantener el ruido de fondo en un nivel tolerable incluso con el local lleno. Los paneles de techo Sinfonia fueron la solución ideal para responder a las exigencias planteadas. Descubra más perspectivas interesantes de este proyecto de referencia en la siguiente película.
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